GOTAS DE COLOR

Un pincel pensaba que no había mejor destino que el suyo, hecho para expresar aquello que trasciende a las palabras, ¿qué más se puede pedir?
Hoy está enfurruñado pues ha visto como unas irrespetuosas gotas de agua se escabullen de tus acuarelas, lágrimas de felices y suaves colores que estallan, entre risas, de pura alegría.
En su huída se transforman en amasijos de cosas no dichas, cosas que nunca serán descritas o, con un poco de suerte, todo lo contrario.
Pudieron ser la dulce piel de una jóven hermosa, una caricia más suave que el melocotón y con un aroma infinitamente más dulce y rico.
O quizá un relámpago rasgando el cielo, mostrando a los aterrados seres de la Tierra cuán benévola es la madre natura que atesorando tal poder queda serena y anonadada disfrutando con la visión de la vida explotando.
Pero han decidido ser libres perderse en mil caricias con los colores que encontraron a su paso, dejando en cada uno de ellos una pequeña porción de sí en un intercambio de sensualidad punzante.
Pronto pierden la identidad con la que nacieron, son un poco de sí mismas y un poco de todos, son sílabas sueltas de una historia confusa, un galimatías de palabras suspendidas que en un último esfuerzo se funden con el más fino lienzo y con la blancura inmaculada de las vidas no vividas que aguardan, de las edades no cumplidas que cuentan los segundos para poder contar las cosas que van a ocurrir.
Esa es la grandeza de un pincel, de una gota de pintura, de la unión entre ambos.
Están hechos para la belleza o para el horror, para el mal o para la ternura, pero son infinitamente vulnerables a la indiferencia.
Si no son comprendidos, disfrutados o poseídos, su felicidad de vivir languidece y se pierde.
No hay palabra más triste que una sonrisa sin alegría, no hay imagen más triste que un cuadro incapaz de detener los pasos de una persona aunque solo sea un segundo.

 y como es tanto lo que sufren con ello han hecho uso y abuso de una estratagema, una pequeña travesura que hace las delicias de las almas sensibles.
Adopta un significado diferente para cada mirada.
Ese es el fin principal del arte, el instante, el momento en que el que recibe el mensaje y el mensaje en si mismo crean y comparten un instante único, una burbuja de comprensión en el que dos gotas resbalando de tus acuarelas se convierten en lo que ambos deseen.

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